Es un cortijo andaluz del siglo XIX, restaurado respetando la arquitectura tradicional y auténtica en el Valle de los Pedroches como son la bóveda, el granito,vigas de madera…
El cortijo consta de cinco habitaciones dobles, dos de matrimonio y una individual con sus respectivos cuartos de baño. El patio tiene un salón de usos múltiples con chimenea, comunicado con otro salón exterior con barra, cocina, aseos y piscina.
La finca está enclavada al norte de la provincia de Córdoba, en el corazón de los Pedroches; en la considerada mayor y mejor dehesa de encinar que existe, con suaves colinas, donde reina la encina.