Casa El Macho comenzó sus actividades entrados los años cincuenta del siglo pasado, de la mano de Gumersindo García González y Matilde Sainz Güemes, abuelos de los actuales propietarios. Lo que empezó siendo una especie de taberna tienda, que también hacía las veces de bar y venta de comidas, desembocó con la fama que adquiere su quesada y sobaos en los años sesenta y la consolidación de la actividad una década después con la adquisición de maquinaria.
Esta empresa tiene además un gran reconocimiento y prestigio conseguido con el paso de los años a escala local, autonómica y nacional, siendo sus productos uno de los referentes de la industria agroalimentaria de Cantabria. Respetando las recetas tradicionales para la elaboración de sus productos, en algunas épocas puntuales del año pueden llegar a producir hasta 40.000 sobaos y un millar de quesadas, éstas últimas bajo pedido.