Castillo de los Duques de Alburquerque: fue declarado junto a las murallas, Monumento Artístico Nacional en 1931. Se sitúa en la parte más alta de la villa, muy cerca de la carretera de Valladolid.
El edificio aparece documentado en 1306, siendo rey Enrique IV, quien cedió la villa de Cuéllar y el castillo a D. Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque, en 1464. Por ello, también es conocido como el palacio de los Duques de Alburquerque. Bajo el torreón sureste se encuentra la parte más antigua de la fortaleza originaria, que podría datarse en torno al siglo XII. Tiene planta rectangular con cuatro torreones en las esquinas, tres de ellos circulares. En el interior se abre un patio de columnas que sostienen una doble galería con arcos rebajados del siglo XVI, al que se abren los diferentes salones decorados con artísticas techumbres, artesonados de estuco y vigas talladas.
Murallas: El Conjunto Amurallado de Cuéllar es uno de los más importantes de Castilla y León. Está formado por dos recintos, uno superior, más fortificado, y uno inferior, más urbano, ambos con contramuralla. La complejidad y variedad de sus puertas lo convierten en un bien patrimonial de la máxima importancia con una longitud aproximada de 2.000 m. Declaradas Monumento Histórico Artístico en 1931, las murallas de Cuéllar ocupan gran parte del Conjunto Histórico de la Villa.
Su ubicación en la parte más alta del municipio le proporciona una situación privilegiada para la vigilancia y la defensa, destacando sobre el conjunto el Castillo – Palacio de los Duques de Alburquerque, principio y fin de las mismas.
Pero, a parte de su valor histórico, artístico y monumental, las murallas de Cuéllar son un magnífico mirador para contemplar una villa llena de historia enmarcada en un mar de pinares. Una imagen que te costará olvidar.
Pasea por su adarve, por donde siglos atrás los soldados medievales hacían el paso de ronda; déjate transportar a una época crítica de la historia de España, deja que las murallas re descubran sus escudos, saeteras, almenas, merlones y rastrillos, sus secretos y los de Cuéllar.
Centro de Interpretación del Arte Mudéjar: En 1997 se inauguró el Centro de Interpretación del Arte Mudéjar, que intenta mostrar mediante un espectáculo audiovisual la simbología del arte más genuino de Cuéllar, inmerso dentro de las características de la España medieval. En esta iglesia de San Martín se puede apreciar una nueva forma de acceder al conocimiento del arte, la arquitectura, su gente, sus alarifes, su religión…, tratando de realzar el sentido de la iglesia como un espacio en sí mismo, con el deseo de introducir al visitante en el conjunto del arte mudéjar mediante sonidos, luces, música e imagen. Utilizando emoción y razón como método de viaje para llegar por el tiempo hasta los siglos XII y XIII, donde el mudéjar es a la vez un arte, un sistema constructivo y una forma de vida que se desarrolla con las poblaciones cristianas, musulmanas y judías, en ese mundo de convivencia de las tres religiones.
Todo ello supone una manera más factible y efectiva de encontrar y participar en aquellas experiencias que el visitante espera recibir cuando llega a un nuevo destino. Sin tiempo real para participar e integrarse físicamente en una cultura, pero que desde el plano de la creación artística dicho visitante puede introducirse, descifrar y formar parte de ese mundo que es la cultura de cada región, ciudad o municipio en la Edad Media, y que sirve para, una vez conocido, transportarnos al conocimiento de esa realidad.
Se recorre este templo mudéjar guiados por la voz de un personaje de la época y su hija, coincidiendo con la construcción de la iglesia. Pasando por espacios como “la cultura de fronteras”, la emigración y repoblación; los elementos básicos para construcción: agua, arcilla, piedra y madera; para terminar con el uso colectivo del espacio por una comunidad en la que existen al menos tres culturas.
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